domingo, 25 de marzo de 2012

Tatuajes como estilo de vida



Unos mochos azules, camisa negra, tenis grandes y planos con los cordones flojos y sin amarrar, acompañados de una gorra son las prendas que lo acompañan a las 9:30 de una cálida mañana miércoles, acelerado me saluda con un poco de vergüenza por llegar media hora tarde, le digo que no hay problema porque yo también llegué tarde.

Entramos y una vitrina llena de accesorios para cualquier perforación en el cuerpo, un espejo, una tabla de dibujo grande y un olor parecido a fabuloso son el lobby de Opus Magnum (obra maestra) la doctrina del lugar de trabajo de Jovanny Parra Restrepo tatuador de profesión y tatuado desde los 17 años.

Se acomoda en la tabla de dibujo, saca lo que se podría decir que es un animal con tres cabezas, me explica que tiene cita con cliente así que mientras hablamos él se prepara para su llegada.

Comenzamos a hablar y recuerda con algo de vergüenza su primer tatuaje me dice que fue una locura de juventud, que incluso desde pequeño siempre se rayaba con lapiceros las piernas y los brazos,  asegura incluso que eso le vino de genética, pero el tiempo paso y su forma de pensar y ver la vida también así que decidió taparlo con otro tatuaje. 

Ahora con 26 años tiene 20 tatuajes, que se ha realizado durante los 7 años que lleva ejerciendo la profesión de tatuador, con nostalgia recuerda que su  recorrido lo inició en España en donde estudió tatuaje artístico y conoció a su gran Maestro y mentor Mariano por quien asegura es lo que es hoy en día.


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